Como usted ha probablemente escuchado de sus padres, abuelos o bisabuelos, que decían que durante la guerra, muy poca gente o casi nadie, estuvieron enfermos.
Sorprendente en período de restricción… y por tanto, como vemos cada vez más, el ser humano moderno come demasiado. Después de la guerra, las enfermedades han vuelto.(!)
Muchísimas encuestas se han hecho, para determinar si ha habido algún alimento en particular responsable del regreso de las enfermedades.
Eliminando sucesivamente los factores no nocivos, las estadísticas han finalizado por determinar, que se ha debido a la introducción de cereales (en primer lugar, el trigo,): harinas y pan.
La razón es que el pan contiene un elemento particular: el gluten.
Qué es el gluten?
El gluten es una proteína presente en los cereales. El influencia las propiedades de la cocción de la harina. El absorbe el agua que ha sido agregada a la harina y la infla formando una pasta lista para amasar. Durante la cocción, el gluten libera una parte del agua retenida y se liga al almidón contenido en la harina, de manera que asegura la hecha del pan.
Desafortunadamente, el gluten es utilizado frecuentemente en la industria agro-alimentaria y puede esconderse en multitud de productos como pan, pastas, cereales para desayunar, pizzas, pasteles, galletas, bizcochos, pero también en platos preparados, salsas, salchichas, albóndigas, alimentos apanados, sopas, cervezas, aperitivos, etc.
El gluten se encuentra notablemente en el trigo, pero también en la cebada, la avena y el centeno. Este contiene proteínas con una estructura particularmente resistente a las enzimas digestivas, que le permiten atravesar la barrera epitelial del intestino sin degradarse, engendrando una serie de efectos nocivos para el organismo.
Es por esto que las consecuencias de una alimentación con una tenencia importante en gluten, engendrará una lista casi interminable de patologías como: enfermedades auto-inmunes (esclerosis múltiple, diabetes de tipo I, tiroides, espondilitis anquilosante….) enfermedades del intestino (síndrome de intestino irritable, enfermedad de Crohn, recto-colitis hemorrágica…) así que el eczema, la epilepsia, fibromialgia, fatiga crónica, ciertos cánceres y un largo etc.
A partir del año 1960, las técnicas genéticas para generar nuevos trigos, son comparables a los utilizados para obtener OGM y en realidad la totalidad del trigo es OGM y casi nadie lo sabe. Antes de este periodo, el ADN del trigo contenía 14 cromosomas… y hoy tiene 42(!) Esto nos da una idea, de la increíble transformación de este alimento de base, al que el organismo no puede acostumbrarse.
Es importante tomar conciencia de esto, para que tales aberraciones, no sean más consideradas como normales, porque la mayoría de la gente, imprudentemente ha adoptado estos nuevos productos como un consumo normal.
En cuanto a los cereales biológicos, no hay diferencia desafortunadamente, las semillas y los granos recogidos y las harinas así obtenidas, desde ese punto de vista, son las mismas. Bien entendido, la ventaja del cultivo biológico, es la ausencia de pesticidas, productos químicos, etc.
El gluten está ahora reconocido como un alérgeno/antígeno mayor. Una reacción de intolerancia sirve de base al mecanismo de esta patología. El gluten dispara en tanto que antígeno, una reacción inmunológica en la mucosa intestinal, que con un aporte cotidiano alimentario, conduce a una reacción inflamatoria crónica que compromete los tejidos. Con el tiempo, estas lesiones del tejido progresan hasta la destrucción completa de las vellosidades intestinales. Estas son estructuras que tapizan el intestino, constituyendo la barrera de protección de una parte, contra las moléculas nocivas, pero también contra las que provienen de los nutrientes, que serán buenos pero demasiado gruesos para ser asimilados una vez dentro del organismo, volviéndose a la vez de golpe nocivos. Las vellosidades, que en un estado sano, no dejan pasar que los nutrientes suficientemente degradados por las bacterias intestinales, dejan esta vez pasar los nutrientes insuficientemente degradados, así las estructuras moleculares son demasiado complejas para poder ser asimiladas en los tejidos.
Otro aspecto muy importante concerniente al gluten, es que está constituido de elementos llamados “péptidos”, que si son insuficientemente degradados, va a tener efectos nocivos en el organismo.
Estos péptidos actúan sobre los receptores opioides dentro del cerebro, una vez saturados los receptores con los péptidos mal metabolizados, van a causar un desarreglo del comportamiento y van a promover el desarrollo de enfermedades degenerativas y del sistema nervioso central.
Puede ser útil de saber que una molécula de gluten contiene hasta 16 moléculas de derivados morfínicos. (¡)
Estos gluta-morfínicos pueden en ciertos casos, acumularse dentro de las neuronas del cerebro, promoviendo el desarrollo de anomalías mentales y comportamentales. La explosión de este género de enfermedades de hoy (el alzheimer en personas mayores, pasando por la hiperactividad en los niños) es un signo flagrante.
Estas anomalías mentales causadas por la degradación parcial del gluten fueron sacadas a la luz por el profesor noruego Karl Reichelt del Instituto pediátrico de Oslo. En efecto, él incriminó desde 1986, la presencia de péptidos del gluten, en la orina de pacientes hiperactivos, autistas, epilépticos y esquizofrénicos.
La mala salud intestinal, actúa como un círculo vicioso:
- La pared intestinal (vellosidades) se debilita y la capacidad de la flora a desempeñar su rol se reduce.
- Las enzimas pierden una parte de su eficacia, no pudiendo más digerir suficientemente los péptidos del gluten.
Todo esto lleva a la fermentación, a tener el vientre “inflado”, que es lo que ha constituido la regla en los países “desarrollados”. Con el debilitamiento de la barrera intestinal, este terreno bacteriológico malsano, lo mismo que los nutrientes insuficientemente digeridos, van entonces a tener todo el placer de penetrar fácilmente en el interior del cuerpo, dando como resultado daños considerables.
De ahí proviene lo que se llama las “intolerancias alimentarias”, (a no confundir con las alergias). Estas intolerancias, son el origen de 80% de nuestras patologías.
Las soluciones
Dejar de consumir alimentos que contienen gluten, o al menos la mayor parte. Todo tipo de panes, pastas (spaghettis, etc.) los bizcochos, pizzas, etc.
Reemplazarlos por otro tipo de cereal como el arroz, la quinua, la papa, el amaranto, la chia; eventualmente el mijo, el maíz ( ellos contienen una forma menos peligrosa de gluten, pero lo ideal, sería de evitarlos).
Luego será conveniente de restaurar el intestino, practicando una “limpieza” por vía oral, así mismo, mediante un drenaje llamado “hidroterapia del colon”o irrigación del colon.
Ultima medida: restaurar la estructura biológica del intestino (bacterias y enzimas). Los nutrientes capaces de restaurar la flora intestinal, se llaman “probióticos”.
Para finalizar, la vida sin gluten le devolverá la libertad. Comer sin gluten no es ciertamente una terapéutica, pero sí es una buena higiene de vida.
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Extracto del sitio www.vivrenaturel.com